La toxina botulínica. Conocida popularmente por el nombre comercial del primer producto que se comercializó, BOTOX®, es un medicamento muy seguro, empleado desde hace más de 20 años en muchas especialidades médicas, como neurología, oftalmología, y otras.
Su popularización y uso más extendido se debe a la medicina estética, debido a su efecto preventivo, corrector y rehabilitador sobre distintas alteraciones de la piel y en especial a su indicación para tratar las:
- Arrugas de expresión. Es el medicamento idóneo para hacer desaparecer las arrugas de expresión porque actúa relajando los músculos de la cara que las producen. Indicado especialmente para las arrugas de “patas de gallo”, frente y entrecejo.
- Relaja, no rellena, y se ha demostrado su efecto rehabilitador sobre el músculo en el que actúa. No confundir con otros tratamientos que pueden voluminizar y variar las formas.
Esta sustancia que paraliza o disminuye la función del músculo sobre el que se aplica.
De esta forma, se consigue relajar, durante algunos meses, los músculos faciales, previniendo la formación de arrugas y suavizando las existentes, hasta ser casi inapreciables.
La toxina botulínica aplicada por manos expertas consigue dotar al rostro de un aspecto revitalizado y sin arrugas, con resultados 100 % naturales. También ayuda a corregir asimetrías.
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